Escritorios, teclados, ratones, botones de ascensores. Los gérmenes y virus tienen muchas superficies donde esconderse en las oficinas.
La realidad es que sorprende saber cuántos agentes patógenos se multiplican en los entornos laborales día a día. Hasta 10 millones de bacterias por metro cúbico pudieron contabilizar en un estudio divulgado por dos universidades estadounidenses.
Para prevenir enfermarse es importante saber donde se acumulan los patógenos en un entorno en el cual pasamos tanto tiempo como la oficina
¿Y cómo es posible que esto suceda? Hay distintos factores que facilitan la propagación de gérmenes y bacterias en las oficinas. Entre los más determinantes están el contacto constante entre personas en esos espacios y la poca ventilación natural.
Otro factor clave para la proliferación de agentes patógenos es la falta de planes y protocolos de aseo y desinfección eficientes.
Pero, ¿cuáles son las superficies donde se acumulan más los gérmenes en las oficinas? Ciertamente hay áreas con mayor propensión, aunque quizás no sea la que esté pensando en este momento. El baño, cuando está limpio es menos riesgoso que el escritorio.
El escritorio es el lugar donde los empleados pasan más horas durante su jornada laboral. Esa básicamente es la razón por la que podría tener mayor acumulación de suciedad y estar más expuesto a gérmenes y virus.
En el escritorio reposan objetos que se usan constantemente como el teclado del equipo de cómputo, el ratón o el teléfono. Incluso es muy común que compañeros de trabajo también los usen al mismo tiempo.
Ese contacto con los objetos sin un previo lavado de manos es el que aumenta el riesgo de la proliferación de agentes patógenos. Comer sobre el escritorio y dejar elementos como tazas sucias u otros desechos, empeoran la situación.
Un estudio de la Universidad de Arizona reveló que los escritorios podían albergar 400 bacterias más que los inodoros.
Generalmente en la planificación de aseo de las oficinas se le pone más atención a la limpieza de los baños; en los sanitarios tendemos a tocar menos objetos y ser más cuidadosos por miedo a infecciones.
El virus que causa la influenza y la gripe es el más común de encontrar en las oficinas. Estas enfermedades, si bien en la mayoría de los casos no derivan en problemas graves de salud, sí afectan la productividad.
Según la Organización Mundial de la Salud, cuando una persona tose “puede ‘lanzar’ al ambiente hasta 3.000 gotas de secreciones; en ellas pueden estar diversos tipos de gérmenes”.
Cuando se dan brotes de gripe en la oficina los empleados deben quedarse en casa; esto perjudica la planificación del trabajo.
Algunos estudios también han identificado en muestras tomadas de teclados, sobre todo, la presencia de Pseudomona putida. Este es un agente patógeno que provoca en las personas infecciones urinarias, auditivas y oculares.
En la actualidad, el virus que causa el COVID-19 podría considerarse factor de riesgo en las oficinas. Aunque con el correcto protocolo es posible neutralizar cualquier cadena de contagio.
En el pasado se pensaba que los virus se transmitían en su gran mayoría por el aire. Pero estudios han demostrado que la transmisión a través del contacto de manos tiene una gran incidencia.
Esta posibilidad es tanto de mano a mano entre personas o de forma indirecta. Por ejemplo, el contacto de la mano de una persona enferma con un objeto que luego toca una persona sana.
Generalmente nos llevamos muchas veces las manos a la cara, tocando nariz, boca y ojos y es allí donde se produce el contagio.
La OMS recomienda lavar las manos entre 40 y 60 segundos poniendo atención en lavar no solo las palmas, también el dorso de las manos, entre los dedos y las muñecas.
Ante esta situación los expertos vienen promoviendo el correcto lavado de manos como medida de prevención ante contagios. Incluso, recomiendan, sobre todo en tiempos de pandemia, el choque de puños como saludo.
Evitar el contacto de manos puede salvarnos de contraer enfermedades. Sobre todo, si no sabemos si la otra persona es cuidadosa con su higiene.
Aunque se relacionan, los conceptos de infección y enfermedad tienen importantes diferencias.
La infección se da cuando el agente patógeno entra al cuerpo del huésped, pero no necesariamente lo afecta. Mientras, la enfermedad ocurre cuando al entrar al organismo, el agente patógeno provoca un daño a tejidos u órganos.
Una persona puede estar infectada con un virus, pero puede no tener síntomas o cursar la enfermedad. A esto se le denomina paciente asintomático. Un dato que no hay que dejar escapar es que un asintomático puede transmitir la enfermedad.
Por esto último es tan importante seguir normas y protocolos en las oficinas para evitar las cadenas de contagio; algún compañero puede ser transmisor de virus y enfermedades sin saberlo.
Las oficinas son ambientes propicios para la proliferación de virus y gérmenes. En las oficinas hay contacto constante entre personas y eso podría considerarse un factor de riesgo si no se toman buenas medidas de aseo.
Las empresas no solo deben fomentar los planes de limpieza y desinfección de los espacios físicos, también medidas de higiene personal entre los empleados. Por ejemplo, el lavado constante de manos es una efectiva medida de prevención de infecciones.
Recordemos que mientras más tiempo pasamos en lugares cerrados con otras personas, aumenta el riesgo de contraer enfermedades.
En Misión Servir queremos ayudarle a generar bienestar a sus empleados. Somos expertos en dar solución a los requerimientos de limpieza y aseo de distintos tipos de instalaciones.
¿Interesado en saber más de nosotros? Contáctenos.
También le puede interesar:
¿Cómo Limpiar los Equipos de Cómputo de Forma Segura?
Oficinas Más Limpias Favorecen la Productividad Laboral y la Salud Mental
Misión Servir: Empresa de Limpieza y Desinfección Ideal Para su Oficina