El administrador de la propiedad horizontal tiene la tarea de promover relaciones cordiales con y entre la comunidad de vecinos, para evitar surgir problemas de convivencia.
De lo fortalecida que estén estas relaciones, dependerá en gran medida el buen funcionamiento del edificio conjunto residencial.
Las interacciones entre los miembros de la comunidad de vecinos, necesariamente deben circunscribirse al respeto de las normas de convivencia básicas que garantizan la paz y el bienestar de todos.
Vivir en comunidad requiere llegar a acuerdos, respetar espacios e ideas, entender las necesidades del otro a través de la propia experiencia y es por ello que la figura del administrador gana importancia.
Ser mediador es una de las funciones del administrador en cualquier circunstancia.
La comunidad de vecinos está integrada por los copropietarios y arrendatarios que hacen vida en la propiedad horizontal. Cada miembro tiene las mismas cuotas de derechos, obligaciones y la responsabilidad de respetar los acuerdos que se tomen por el bien común.
El administrador de la propiedad horizontal debe fomentar relaciones beneficiosas con la comunidad de vecinos apuntando al bien común
En reuniones entre los miembros del gobierno de la comunidad de vecinos y el presidente de la comunidad pueden surgir incluso, acuerdos que luego pueden ser tomados en cuenta por el Consejo de Administración del conjunto residencial.
Son muchas las herramientas que puede implementar el administrador para fomentar una buena relación entre la comunidad de vecinos ¿La primera? la tolerancia. Cuando practicamos la tolerancia reconocemos y respetamos las diferencias del otro.
Generalmente cuando vivimos en comunidad tenemos que compartir con un número importante de vecinos en zonas comunes como plazas de aparcamiento, área social, piscina, etc., lo que puede generar en algún punto desavenencias. El deber del administrador, cualquiera que sea el caso, es el de conciliar, desde la tolerancia.
Promocionar y estimular el cumplimiento de los estatutos de la comunidad referentes al reglamento de convivencia de la propiedad horizontal entre los vecinos, es una labor que debe tener presente el administrador.
Aunque sin dudas hay muchas cuestiones del reglamento que se pueden cumplir siguiendo el propio sentido común, ciertamente se presentan otras que hay que poner especial atención en darlas a conocer. Reglas claras, conservan las buenas relaciones.
Y no se trata solo de que el administrador procure que se cumpla el reglamento, también tiene que ver con que estimule la participación de la comunidad de propietarios, vecinos, por ejemplo, a hacer aportes para mejorarlo.
Cuando la comunidad de vecinos percibe que el administrador cumple con sus funciones de forma eficiente, genera confianza sobre sus procederes y su figura.
Teniendo todas sus actividades en orden, el administrador además puede ocupar su tiempo en compartir con miembros de la comunidad de vecinos, practicar con ellos la integración y velar por la buena convivencia.
El deber del administrador es completar sus labores y tareas e informar a toda la comunidad de sus resultados, logros y nuevas iniciativas.
Los vecinos de la comunidad deben sentirse en confianza cuando se dirigen con un requerimiento al administrador y que este lo va a tomar con la seriedad que ameritase el caso.
La comunicación efectiva y la comunicación deben ser la base de las buenas relaciones con la comunidad de vecinos
También tiene que desarrollar la cualidad de la discreción, pues lo que conversa o discute con un vecino, no debe ser divulgado, a menos que de eso dependiera la resolución, por ejemplo, de un conflicto.
Una de las tareas por las que más se conoce a los administradores de la propiedad horizontal, es la de las cobranzas. Es una faena que se torna compleja por varias razones, entre ellas, el tener que hacer los llamados de atención a los morosos.
Pero, así como el administrador hace el seguimiento del pago de los recibos de gastos comunes, los vecinos también están en el derecho de exigir que se le presenten cuentas claras sobre el dinero recaudado y si está siendo invertido para lo que fue previsto.
El deber del administrador, en pos de fomentar buenas relaciones con la comunidad de vecinos, es mantenerlos al tanto de lo que se hace con los recursos recogidos, incluso, sin necesidad de que se haya hecho alguna petitoria.
Estar disponible significa que el administrador debe darle el justo valor al tiempo que dispone para atender a los miembros de la comunidad de vecinos. Cada minuto puede contar si se trata de resolver algún requerimiento.
Las puertas de la oficina del administrador, siempre deben estar abiertas, en el marco de las buenas maneras de trato e insistiendo en la práctica de la escucha activa.
Que los vecinos cuenten con que el administrador está allí para ser su apoyo es ganancia para fomentar buenas relaciones.
Como administrador, su relación con la comunidad de vecinos debe ser honesta, enmarcada en la confianza y en la comunicación. El bienestar dentro de la propiedad horizontal debe ser la meta a cumplir.
La participación activa de todos los miembros de la comunidad tiene que ser promovida por el administrador desde la práctica de la tolerancia.
Ofrecer información a tiempo y completa de las actividades realizadas y los objetivos alcanzados, es una forma de establecer una relación cercana y honesta con los miembros de la comunidad.
En Misión Servir sabemos de la importancia de las buenas relaciones y las fomentamos. Estamos preparados para acompañarle y que ofrezca a su comunidad de vecinos un servicio de limpieza con altos estándares de calidad. Contáctenos.