En tiempos como los que afrontamos ha cobrado mayor importancia la implementación de un riguroso protocolo de aseo y limpieza en la Propiedad Horizontal. El bienestar y la salud de los vecinos de la comunidad dependen en gran medida de su efectividad.
Estos protocolos se han estipulado a lo largo de los años para funcionar como una guía de correctos procedimientos durante las tareas de aseo y limpieza de los Conjuntos Residenciales.
Incluso, con la profesionalización de la actividad y el crecimiento de la oferta en el mercado de las empresas que prestan el servicio de limpieza, estos protocolos se han sofisticado y especializado aún más.
Si la Propiedad Horizontal que administra aún no cuenta con un protocolo de aseo y limpieza, así sea básico, siga leyendo que le contamos su importancia y cómo aplicarlo.
El protocolo de aseo y limpieza es un conjunto de pautas que determinan las actividades y tareas a cumplir en cada área de la Propiedad Horizontal. De igual forma se especifican procedimientos y cómo se debe actuar ante ciertas situaciones.
Es detallado en su redacción y es una fuente de información, para que tanto quienes acometen la labor de limpieza, como quienes le supervisan, tengan claridad de las actividades y labores que se tienen y deben cumplir, además de los tiempos para hacerlo.
Los protocolos de limpieza son guías o pautas para cumplir eficientemente las labores de aseo en la Propiedad Horizontal
En la actualidad, a los habituales protocolos de aseo, se suman una serie de normas para evitar la propagación de la Covid-19 en los entornos habitacionales. Estos deben ir obligatoriamente en concordancia con las Resolución 666 de 2020, con modificaciones técnicas en la Resolución 223 de 2021.
Lo principal es que al ser pautas pre establecidas y acordadas, y ante un posible cambio de empleados o empresas de limpieza que laboran en la propiedad, es una ventaja tener protocolos para que se sigan cumpliendo los estándares de calidad que se están buscando.
Contar con un protocolo es positivo para la propiedad y para sus habitantes desde todo punto de vista con el que se le mire.
Es muy fácil que una propiedad horizontal pierda su valor por falta de mantenimiento. Los ornamentos de las áreas comunes y las distintas áreas tienden a sufrir el paso del tiempo y el desgaste por la gran cantidad de vecinos que pueden hacer uso de ellos.
Un buen plan de mantenimiento evitará que estas zonas se deterioren y en caso de que eso pase, el mismo protocolo indicará los pasos a seguir para recuperarlas.
Los protocolos de aseo y limpieza generalmente consideran dos tipos de tareas: las corrientes y las extraordinarias. Ambas son igual de importantes en la planificación.
Unas áreas comunes bien cuidadas y mantenidas, aumentarán el valor de la propiedad, sobre todo de aquellas con las que no cuentan todos los conjuntos residenciales como piscinas o grandes jardines.
Poder disfrutar de ambientes sanos y amigables siempre es una razón para comprar o arrendar en ciertas propiedades. La primera impresión de un conjunto residencial siempre cuenta y de allí, la importancia de que esté bien mantenido y aseado.
También es importante dar una buena y mejor imagen a los visitantes y vecinos de la Propiedad Horizontal. Incluso a las autoridades locales. Hay que recordar que el conjunto residencial es parte de una comunidad e ir en concordia con toda la estética del vecindario le da un valor extra al bien raíz.
Las circunstancias han llevado a las personas a pasar más tiempo en la seguridad de sus hogares, de sus casas o conjuntos residenciales. Brindarles espacios bien cuidados y mantenidos no es una labor que deba quedar en segundo plano especialmente ahora.
Los copropietarios pagan una cuota de mantenimiento y serán exigentes a la hora evaluar el servicio que se les presta. Justificar la inversión con buenos protocolos y garantizando que estos se cumplan, los mantendrá contentos.
Implementar un protocolo de aseo y limpieza genera bienestar entre los copropietaros y arrendatarios del conjunto residencial
Los ambientes sanos y limpios promueven además la buena convivencia y estimula a los copropietarios a ser cuidadosos en el uso de las áreas comunes.
Se deben en primer lugar identificar las necesidades de aseo y limpieza del conjunto residencial. A partir de allí se enumeran las soluciones a esos requerimientos y la forma más eficiente de resolverlos.
El protocolo debe enumerar las prioridades, tanto en las tareas habituales, como las extraordinarias. Una vez establecidas, se debe velar por su cumplimiento. Cada pauta planteada, debe ser seguida por todos los empleados de limpieza de la Propiedad Horizontal y evaluada por el administrador.
En el caso de que se tenga contratada una empresa outsourcing de limpieza, se debe planificar con sus representantes, el cumplimiento de la lista de tareas. Las empresas profesionales de aseo, generalmente, previa valoración, sugieren un protocolo.
Es tan importante contar con un protocolo de aseo y limpieza y cumplirlo, como evaluar que se lleve a cabo y revisarlo periódicamente para hacer los ajustes que sean necesarios en el tiempo.
Un protocolo de aseo y limpieza es una guía, una serie de pautas que se establecen para el correcto y eficiente mantenimiento de las instalaciones de las áreas comunes de la Propiedad Horizontal.
Todo conjunto residencial debe contar con uno para promover ambientes más sanos y amigables para la comunidad vecinal. La administración de la copropiedad debe velar por que estas pautas se cumplan.
Contar con un protocolo de aseo y limpieza trae consigo beneficios como elevar el valor de del arriendo y venta de la propiedad o brindar una mejor imagen.
En Misión Servir entendemos la importancia de aplicar protocolos en las actividades de aseo y limpieza en las propiedades horizontales, sobre todo en tiempos como los que afrontamos. Contáctenos, podemos ayudarle a generar bienestar en su comunidad.
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